En demasiadas situaciones los adultos tenemos una tendencia a juzgar negativamente algunas actitudes de los jóvenes. Por todas partes escuchamos y leemos críticas hacia vuestra supuesta desgana, falta de empatía, materialismo o tendencia a infravalorar lo que tenéis. Qué equivocados estamos… La experiencia que he vivido con vosotros en India habla por sí sola. No podéis imaginar cómo he disfrutado observando vuestras reacciones y acciones, con las que os habéis mostrado como realmente sois: jóvenes con la suficiente sensibilidad y empatía como para sufrir por el dolor ajeno y disfrutar con su alegría; con la suficiente fortaleza como para sobreponeros ante situaciones en las que, en lugar de lágrimas o corazas, ofrecisteis la mejor sonrisa, porque supisteis leer en las miradas de aquellos niños que era lo que necesitaban. Habéis sabido escuchar, observar y, sobre todo, actuar. Con envidiable honestidad, todos habéis reconocido lo egoísta que resulta nuestra forma de vida, y habéis sido capaces de restablecer vuestras prioridades, rescatando los valores que realmente importan. Pocos adultos tienen el coraje de hablar con tal transparencia sobre lo equivocados que estamos y actuar en consecuencia. Siento la necesidad de agradecer que me hayáis regalado la esperanza, pues después de lo que he visto en vosotros tengo la convicción de que sois exactamente lo que el mundo necesita.

Ms Paula
Profesora CIT